Cuando
llegamos al hotel subimos a la habitación. Era grande y hermosa.
Desde la terraza podíamos un velero que se perdía en el horizonte.
Después bajamos y la piscina y nos tumbamos en unas hamacas. Un
camarero nos trajo unos cacahuetes y unos refrescos con mucho hielo.
Se hacía de noche y nos acostamos sobre la hierba mientras
mirábamos las estrellas.
Había
una hilera de hormigas sobre la pared. Entonces apareció un búho e
intentó comérselas. De repente, una hiena llegó y asustó al búho que huyó temeroso. La hiena vio a un hipopótamo y corrió asustada
hacia algún lugar seguro. El hipopótamo encontró una zanahoria y
se la comió.
Esta
tarde fui con mi hermana a la heladería. Compramos un helado para
cada una y regresamos a casa. Pusimos en la hucha el dinero que nos
sobró y salimos al huerto a jugar. Allí encontramos el hueso de
mi perro Hércules que llevaba días perdido. Luego, vimos que la
gallina había puesto un huevo sobre unas hojas secas. De pronto,
apareció mi padre una bolsa de higos y se la dio a mi hermana. Nos
sentamos a comerlos mientras mi padre nos contaba una historia.